La compactación del suelo provoca pérdidas de rendimiento en la producción de cultivos mediante la restricción de crecimiento de las raíces y la reducción de la circulación del aire y el agua en el suelo.
La pérdida de rendimiento puede variar ampliamente dependiendo de la extensión de la compactación del suelo y las condiciones ambientales que afecten al cultivo durante su desarrollo.
Está comprobado que suelos con distinto grado de compactación pueden provocar pérdidas de rendimiento de entre un 10 a 24%.